OLVIDAR ES REPETIR

Ante la aberrante realidad
dejo mis pensamientos en un cajón.
Camino sin memoria
y vuelvo a tropezar con las mismas piedras.
Uno a uno, cada pensamiento
escapa de su prisión y me persiguen
cual bestia salvaje tras su presa.

Ahora, mientras las obscuras sombras del pasado
devoran mi cabeza,
mi memoria está más viva que nunca.
Rebosante de imágenes que no me dejarán jamás.
Estoy aprendiendo a convivir con los recuerdos
que me roen sin matarme,
reelaborando cada instante...
cada instante,
recordando.